Es así, inevitable

viernes, 16 de septiembre de 2011

Tu cara y su expresión llena de violencia, tu respiración precipitada, tu frente sudando y el volumen de tus sentencias en la ráfaga que es ahora tu voz y su sequedad; aplastándome, apretando mi cabeza, exprimiendo mis sesos y haciéndolos fugarse a través de mis oídos despidiendo su estela por los alrededores, salpicando todo y haciendo un verdadero enchastre.
Tranquilizate, dejá de asustarme.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Caballeros

Cuatro hombres dentro de un baño público. El único inodoro está ocupado, así como los dos mingitorios, por ende el hombre que queda espera. Éste empieza a ser preso de los nervios y emprende un intento de tarareo o algo por el estilo siguiendo a la canción que suena de fondo, la cual al parecer conocemos todos  ahí; y así es como el que está en uno de los mingitorios comienza a zapatear contra el piso marcando el pulso con un nerviosismo casi espástico, mientras que yo permanezco observando concentrado el fondo del orinal, como si ayudara de algo.
De repente un ruido fuerte taja la paz por completo. Al parecer desde el cubículo del inodoro comienzan a sonar repetidos golpes a la puerta con la función de marcar el pulso mientras el antes tarareo suave aumenta en volumen e intensidad para irse transformando en canto -¿O debo decir sollozo?-, éste comienza a invadir el espacio del pequeño cuarto junto con la tensión constante, siendo esto una pelea entre dos elementos desagradables por gobernar la situación por completo.
Y yo a todo esto sin sacar una gota de orina, sintiéndome seco como nunca, reteniendo, no pudiendo lograrlo, transpirando, muriendo poco a poco; y los ruidos aumentan y mis nervios, cómo agujas de una fallida sesión de acupuntura, atraviesan mi piel y me arden, me queman desde afuera hacia dentro, como si la carga electrógena de los vellos sobre mi piel se transmitiera hacia el interior, como si mi demora causara todo esto y el aumento del ruido y la presión y los nervios y los insultos y esa llama que crece y crece deshaciendo poco a poco el escasísimo nivel de paz dentro de ese horripilante baño y ahí es cuando llega el momento del quiebre.
Cierro mi bragueta, ceso con mi canto, mi zapateo y mis golpes y me dispongo a irme de ese baño vacío para orinar en la calle.

jueves, 8 de septiembre de 2011

L O V E   S U C K S


(si es que existe)

Inamovible

Cada vez más y más sinsentidos utilizados como explicaciones y yo sin saber dónde estoy parado si quiera. Correlativo a la quietud de mi cuerpo el tiempo en actitud contraria sigue escapándose, agotándose como si fuera el oxígeno de un cuarto pequeño y yo intento ignorarlo si poder evidentemente lograrlo, pero no así llegando a frustrarme porque sé que mi orgullo supera a mi nivel de inteligencia la mayoría de las veces y es así como me sale todo mal.
¿Y ahora? ¿De qué me vale encender el televisor para ponerme al tanto de todo lo que estuvo pasando los últimos días? ¿Qué necesidad hay de contactar a las personas cercanas para desintoxicarme de mí mismo y de mi contradictoria forma de ser? ¿Qué busco resolver yendo a fumar al balcón, escribiendo y dibujando pedazos de papel sin identidad, consumiendo a mordiscos y tragos largos la nada misma que es mi hogar?
La realidad a veces me queda tan grande, los hechos más trivales parecieran expanderse tanto en mi mente que realmente llego a aburrirme con facilidad de todo y sobre todo de mí mismo.
No tiene sentido entonces que siga con este esbozo de expiración catártica en forma de texto, ni que siga metiéndome dentro de mi caparazón, sólo quería me que entiendas un poco.